Tenet

Tenet representa un mundo egoísta regido por la simetría, donde ocho personas viven bajo las estrictas normas de la armonía, la perfección y la belleza: recorridos definidos geométricamente, movimientos acompasados en el tiempo, interacciones preestablecidas. Se presenta una realidad que no deja espacio para la improvisación y donde el individualismo reina imperante, sin conciencia del conjunto, sin sentimiento de colectivo.

Pronto, la armonía se vuelve aburrida, la perfección se convierte en monótona y previsible, lo que era bello pierde su encanto. Se despierta una conciencia colectiva que les hará cuestionar si las reglas que los rigen representan su realidad o únicamente responden a la necesidad de la humanidad de definirlo todo y tener así una efímera sensación de control. ¿No se puede aceptar la diversidad tal como es sin tener que categorizarla? ¿No hay belleza también en la diversidad? ¿Quiénes somos dentro de un conjunto más grande?

A través de la investigación en los portes acrobáticos, el movimiento y la comicidad, estos individuos intentan juntarse y mezclarse entre ellos, creando figuras que abren las puertas a un nuevo mundo. El colectivo decide reescribir las normas establecidas, introduciendo pequeñas modificaciones que les harán romper el molde y alejarse de la simetría. De esta manera, acaban por transformar su realidad en una experiencia heterogénea, discordante y polimórfica, donde se muestra la fuerza del grupo en un ente que va más allá de la simple unión de individuos: la comunidad.